Como un regalo de Reyes futbolero, las expectativas llegan con el inicio del nuevo año y el retorno al trabajo para todos los planteles profesionales. Algunos en la playa, otros en las sierras y otros sin alejarse de la ciudad desandan el camino de la puesta a punto del físico dentro de un calendario que los tiene con Torneos de verano, primera ronda de Copa Libertadores e inicio del campeonato local y la Supercopa Argentina.
¿Podemos hablar sólo de la pelota, del juego? Eso quisiera pero un repaso al estado actual de lo organizativo es importante. Primero para entender de qué se trata la competencia nueva, llamado Torneo de transición 2016, que es distinto al Torneo de transición 2014. Y después para establecer, en su justa medida, las responsabilidades que le caben a cada club y a la AFA.
Torneo de transición 2016
Dos zonas de 15 equipos cada una, donde jugarán todos contra todos y habrá un clásico asegurado, con ida y vuelta. Quienes terminen primeros en cada zona disputarán la Final en busca del campeón. Lo que implica que, en un Torneo con 30 equipos, el campeón podría enfrentar entre 15 y 16 rivales, como máximo. Ridículo. ¿Extra? Sólo habrá un descenso y será por promedio.
AFA: sin elecciones
Si el modo de disputa del campeonato es ridículo imagínense lo que podríamos decir luego de una elección donde, sobre 75 votos posibles, se declaró un empate en 38 (total 76 votos). Luego, para oscurecer el panorama, se chicanearon con la próxima fecha de elección, intentando que algún club, compitiendo en el Mundial de Clubes, no pudiera votar para así beneficiar a un candidato. ¿Seguimos? Acordaron votar a mitad de año, probablemente sin Luis Segura como candidato pero en la presidencia hasta que lo reemplacen, quizás con Marcelo Tinelli y agregando oponentes (Armando Pérez de Belgrano, Daniel Angelici de Boca Juniors y podrían ser otros más).
¿Cómo puede ser entonces que el fútbol argentino sea subcampeón de América (Chile 2015) y del Mundo (Brasil 2014), además de contar con los últimos dos campeones de América a nivel clubes (San Lorenzo 2014 y River Plate 2015?
No es fácil responder si pretendemos incluir alguna influencia de la AFA. A nivel selecciones, podríamos decir que la elección de Alejandro Sabella primero y Gerardo Martino después fueron aciertos que posibilitaron los accesos a finales continentales luego de mucho tiempo (Copa América Venezuela 2007, vs Brasil).
En cuanto a los clubes... supongamos que la idea era hacer que tanto San Lorenzo como River Plate descendieran o estuvieran cerca de hacerlo para reaccionar y volver a las fuentes, retomaran el camino de su glorioso pasado y construyeran sólidos proyectos deportivos que darían los resultados pretendidos, a la vista al día de hoy.
No creo que fuera así. Si la AFA impartiera justicia, las deudas serían un castigo y los clubes prolijos merecerían un premio. Pero la economía particular parece no importarle a la Asociación. La seguridad tampoco y con el público visitante fuera de los estadios sólo algunos hinchas y muchos barras-delincuentes pueden ver el partido desde cerca.
Fútbol para todos
Un tema complejo. El nuevo gobierno mantendrá la transmisión de todos los partidos. ¿Eso es bueno o malo? ¿está bien destinar miles de millones de pesos al fútbol, el deporte más rico del país? ¿el Estado debería imponer condiciones para que los clubes no despilfarren los dineros públicos?
No tengo una respuesta completa y satisfactoria. Creo que existen argumentos para sostener tanto que el FPT debe seguir como para decir lo contrario. Todo se define por el rol del Estado. Si es pasivo, si entrega dinero y se limita a promocionar actos o campañas (vacunación, prevención, etc) lo veo como un gasto excesivo. Por otra parte, si es activo, si controla el destino del dinero y la buena utilización del mismo, si fomenta que los clubes sean centros sociales además de jugar a la pelotita, si la pantalla sirve como vehículo para acercar al deporte y a la salud, a concientizar sobre el peligro del alcohol o las drogas, a prevenir accidentes de tránsito... entonces no lo veo tan mal.
Pero el Estado no puede mirar para otro lado.
Dicho esto y con mucho por decir antes de dar por cerrado el diagnóstico, le damos la bienvenida a la temporada 2016 del AFA (Asombroso Fútbol Argentino).
¿Podemos hablar sólo de la pelota, del juego? Eso quisiera pero un repaso al estado actual de lo organizativo es importante. Primero para entender de qué se trata la competencia nueva, llamado Torneo de transición 2016, que es distinto al Torneo de transición 2014. Y después para establecer, en su justa medida, las responsabilidades que le caben a cada club y a la AFA.
Torneo de transición 2016
Dos zonas de 15 equipos cada una, donde jugarán todos contra todos y habrá un clásico asegurado, con ida y vuelta. Quienes terminen primeros en cada zona disputarán la Final en busca del campeón. Lo que implica que, en un Torneo con 30 equipos, el campeón podría enfrentar entre 15 y 16 rivales, como máximo. Ridículo. ¿Extra? Sólo habrá un descenso y será por promedio.
AFA: sin elecciones
Si el modo de disputa del campeonato es ridículo imagínense lo que podríamos decir luego de una elección donde, sobre 75 votos posibles, se declaró un empate en 38 (total 76 votos). Luego, para oscurecer el panorama, se chicanearon con la próxima fecha de elección, intentando que algún club, compitiendo en el Mundial de Clubes, no pudiera votar para así beneficiar a un candidato. ¿Seguimos? Acordaron votar a mitad de año, probablemente sin Luis Segura como candidato pero en la presidencia hasta que lo reemplacen, quizás con Marcelo Tinelli y agregando oponentes (Armando Pérez de Belgrano, Daniel Angelici de Boca Juniors y podrían ser otros más).
¿Cómo puede ser entonces que el fútbol argentino sea subcampeón de América (Chile 2015) y del Mundo (Brasil 2014), además de contar con los últimos dos campeones de América a nivel clubes (San Lorenzo 2014 y River Plate 2015?
No es fácil responder si pretendemos incluir alguna influencia de la AFA. A nivel selecciones, podríamos decir que la elección de Alejandro Sabella primero y Gerardo Martino después fueron aciertos que posibilitaron los accesos a finales continentales luego de mucho tiempo (Copa América Venezuela 2007, vs Brasil).
En cuanto a los clubes... supongamos que la idea era hacer que tanto San Lorenzo como River Plate descendieran o estuvieran cerca de hacerlo para reaccionar y volver a las fuentes, retomaran el camino de su glorioso pasado y construyeran sólidos proyectos deportivos que darían los resultados pretendidos, a la vista al día de hoy.
No creo que fuera así. Si la AFA impartiera justicia, las deudas serían un castigo y los clubes prolijos merecerían un premio. Pero la economía particular parece no importarle a la Asociación. La seguridad tampoco y con el público visitante fuera de los estadios sólo algunos hinchas y muchos barras-delincuentes pueden ver el partido desde cerca.
Fútbol para todos
Un tema complejo. El nuevo gobierno mantendrá la transmisión de todos los partidos. ¿Eso es bueno o malo? ¿está bien destinar miles de millones de pesos al fútbol, el deporte más rico del país? ¿el Estado debería imponer condiciones para que los clubes no despilfarren los dineros públicos?
No tengo una respuesta completa y satisfactoria. Creo que existen argumentos para sostener tanto que el FPT debe seguir como para decir lo contrario. Todo se define por el rol del Estado. Si es pasivo, si entrega dinero y se limita a promocionar actos o campañas (vacunación, prevención, etc) lo veo como un gasto excesivo. Por otra parte, si es activo, si controla el destino del dinero y la buena utilización del mismo, si fomenta que los clubes sean centros sociales además de jugar a la pelotita, si la pantalla sirve como vehículo para acercar al deporte y a la salud, a concientizar sobre el peligro del alcohol o las drogas, a prevenir accidentes de tránsito... entonces no lo veo tan mal.
Pero el Estado no puede mirar para otro lado.
Dicho esto y con mucho por decir antes de dar por cerrado el diagnóstico, le damos la bienvenida a la temporada 2016 del AFA (Asombroso Fútbol Argentino).
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