Sobre el regreso de River
El equipo dirigido por Matías Almeyda logró el objetivo: retornó a la Primera División consiguiendo el campeonato de la Primera B Nacional. Los pasos que siguieron son los que motivan estas líneas:
- Ni gracias y hasta nunca: como retribución a su acto de amor al club al regresar para jugar en el ascenso, Daniel Passarella y su comisión directiva decidieron no mantener a Fernando Cavenaghi y Alejandro Chori Dominguez en la institución. Aunque esto fuera elección del entrenador, la forma en que se comunicó, a las apuradas, primero a la prensa y luego a los jugadores, demuestra una ineptitud flagrante por parte de los representantes millonarios. No conformes con eso, claro ejemplo de ni siquiera agradecer sus aportes, ahora aparece un comunicado que muestra y acusa con dinero a Cavenaghi y Domínguez. ¿Suponemos que tienen que jugar gratuitamente? ¿Entendí mal o el premio sólo lo recibían por lograr el ascenso? Aquí el ejemplo es peor que el anterior: los dirigentes se manejan con el revanchismo, nublando así su pensamiento.
- Barovero y Mercado, refuerzos: excelentes incorporaciones... si se hacen. ¿Excelentes? Si la intención es evitar la promoción de jugadores formados en el club, debemos entender que sí. Ahora bien, si Leandro Chichizola y Luciano Abecasis deben partir del club, algo no me cierra. River perdió dos delanteros que suplantará adelantando a Lucas Ocampos y con mayor protagonismo de Rogelio Funes Mori. ¿Por qué entonces se refuerzan posiciones que tienen un jugar jóven, con partidos en el club y nada menos que en la B Nacional?
- Una auditoría, una acusación: fuera de término. Eso fue lo que evitó que la acusación sirviera para investigar a los dirigentes de la gestión anterior. ¿Fue algo deliberado? Imposible no sospechar, ¿verdad Diego Turnes? Pero por fortuna ya están disponibles los resultados de la auditoría anunciada en la campaña y que comenzó en 2011... ¿todavía no está terminada?
River Plate regresó a la máxima categoría del fútbol argentino. Sin embargo, sigue en una posición institucional preocupante, no siempre se puede vender un Erick Lamela para cubrir con números los problemas de violencia, de ineptitud, de revanchismo que parecen enquistados en la institución.
Tal vez no esté de más leer la Carta abierta a Daniel Passarella que escribií hace ya mucho tiempo.
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